¿Te gustaría no sentir la necesidad de comer? ¿Te gustaría que no exisitieran en el mundo tanta diversidad de aromas, sabores, olores y texturas de comida? ¿Piensas que estarías mucho mejor si el hambre y las ganas de comer no existieran? Poco probable, si eres un aficionado de la comida. Y especialmente de al comida de caldero, de donde sólo puede resultar un placer orgásmico.

No te gustan las tendencias actuales de las personas tan orgullosas de ser vegetarianas. Lo que no quiere decir que no te gusten los vegetarianos (hasta tienes unos 4, 5 amigos entre ellos), sino la tendencia actual del vegetarianismo. Y puede ser que seas tú el que está fuera de lo normal, visto que tu desayuno está muy bien valorado aunque contenga potaje o algún plato fuerte. Eso no quiere decir que pones mala cara si por la mañana no recibes tu trozo de pan untado. La conclusión es que disfrutas muchísimo más cuando hay comida de caldero en el plato. También te llevas la comida de caldera en la maleta 5 días a la semana y tienes mucho cuidado para no derramar la comida durante el camino de casa a la oficina.

Hay que confesar que se da uno cuenta en ese momento de lo mucho que le gusta la comida que hace su madre. Ya veremos si le gustará cocinarla también cuando toque. Que vendrá la época de tener que agradar a la gente con lo que cocina al igual que te agradaron a ti.

Si te gusta la comida de caldero, te gustará seguramente comer fuera también. A pesar de que la cartera no te da para estar todo el día de restaurantes, cuando se trata de comida, no puedes guardar el dinero en la cartera, así que una vez al mes vas al restaurante para gozar de algo delicioso del menú. Te gusta ir a restaurantes como Terasa Casa Tudor, Restaurante Pizza Roma o Restaurante Paradis no sólo para comer, sino también para escanear los comportamientos de los que salen a comer fuera. Hay muchos momentos cuando tu mente monta películas de las más curiosas sobre las personas a tu alrededor cuando estás en el Restaurante Cerbul Carpatin, Hanul Domnesc o en el Restaurante Bistro de l'Arte. Y tienes la impresión de que no es una costumbre que se debe al hambre, sino que es la forma en la que funciona realmente tu mente.

Por lo tanto, mientras que tu cuerpo te pedirá comida, no te negarás a satisfacer su demanda. Continuarás a comer lo que te gusta, como te gusta, con quien y donde te gusta. Ahora, por ejemplo, vas a comer un bollo con yogur, porque te ha entrado hambre. ¡Que disfruten de lo que vayan a comer!