La manera en la que cada uno percibe la naturaleza es muy diferente. Cada uno ve la naturaleza como una fuente de energía y orden interior. Tú ves la naturaleza a través de la cromática diversa según cada estación del año, cambiando de un mes para otro. Ella ve la naturaleza a través de todo lo que tiene que ver con las actividades de protección del medioambiente de todas las explotaciones actuales, como en la Reserva Purcareni o la Reserva Dealul Cetatii- Lempes. Y quizás ellos ven la naturaleza a través de ese estilo de vida definido por los viajes continuos de un sitio a otro para descubrir varias formas del relieve, como las de las Montañas Postavaru o las Montañas Piatra Mare.  

No se le puede dar a la naturaleza una definición estándar. Pero si se puede decir que la naturaleza da más de lo que recibe. En esta relación del hombre con la naturaleza, no existe reciprocidad. La naturaleza está siempre presente tras una puerta o una ventana abierta, está allí a cada paso. Al igual que la Montaña Tampa espera a ser explorada, la naturaleza nos tiende la mano siempre para ser descubierta. Sólo que esa mano no siempre recibe la reacción que espera. Todo lo contrario, recibe mucho desagradecimiento que se nota en la falta de preocupación de los demás en la protección y conservación de la naturaleza. Hay gente que se comporta de manera muy injusta con la naturaleza, no la valoran y le provocan daños muy profundos.

Pero independientemente del comportamiento de la gente, la naturaleza esperará siempre un cambio de actitud y un abrazo por parte de la sociedad. Hay momentos cuando todos quisiéramos dar un abrazo incondicional y en esos momentos podríamos abrazar la lluvia, la colina, las hojas, la hierba, los risuelos, las montañas, los rayos de sol, los animales salvajes, las aves del cielo. Podremos sentir como nuestro abrazo recibirá su respuesta tan sincera e incondicional que encontraremos sus efectos mucho después de que el contacto haya terminado. Vayan a abrazar todo lo de arriba y si la naturaleza está demasiado lejos vayan al Parque Deportivo o al Parque Central Nicolae Titulescu.

Seamos pues muy tolerantes con la naturaleza y valoremos lo que nos puede ofrecer, disfrutando de que siguen existiendo todavía tantos remedios y curas que allí se encuentran.