Los miembros de la familia Mureşianu han estado personalidades culturales de la época, particularmente por el hecho que por más de medio siglo ellos han administrado un periódico político (“El diario de Transilvania”) y han mantenido muy buenas relaciones con los gobernantes de aquella época. Entre los miembros notables de la familia aludimos al poeta y autor del himno nacional, Andrei Mureşianu, al periodista y dirigente del “Diario de Transilvania”, Iacob Mureşianu, el compositor Jacob Mureşianu Jr., a la pintora Elena Mureşianu o al escultor Traian Mureşianu. El Museo Residencia de la familia Mureşianu es formado de cuatro habitaciones, que son animadas par los objetos expuestos que a su vez destacan la vida cultural de la ciudad Braşov del secundo mitad del siglo XIX. Cuando entran en el museo, ustedes observaran, antes que todo, la estatua de Jacob Mureşianu el padre. Tanto las obras decorativas (constituidas por las pinturas de la primera pintora rumana de Braşov, Elena Mureşianu), igualmente los artes plásticas (constituyendo las esculturas realizadas por Traian Mureşianu) se encuentran al interior del museo así como las muebles Biedermayer. Ahí, ustedes pueden admirar también colecciones de instrumentos musicales. Iacob Mureşianu, instruido a las escuelas de Blaj, ha mostrado una preocupación fuerte para crear en Braşov escuelas universitaria de derecho y de agronomía con formación en la lengua rumano. En el año 1877, como retribución por su trabajo laborioso para reunir culturalmente todos los rumanos, Iacob Mureşianu es recibido dentro de la Academia Rumana. El medico Aurel Mureşianu, el hijo de Jacob Mureşianu, llegó a ser el primero periodista profesional de Transilvania, después de haber renunciado previo a su colorida carrera jurídica que tenía en Viena. Debemos también mencionar el hecho que, por su vida política activa, él es considerado uno de los miembros fundadores del Partido Nacional Rumano. Puesto que ha luchado por el derecho de todo ciudadano de defender la lengua materna, Aurel Mureşianu ha formulado uno de los dos proyectos que han servido de base por el Memorándum de 1892. Toda familia Mureşianu tíene una importancia cultural extraordinaria, por consiguiente estos son conmemorados in numerosos exposiciones que pueden ser admiradas en el edificio Museo Residencia de la familia Mureşianu.